¡Qué grande! Me encanta ver argentinos ganadores desplegando su éxito arrollador por el mundo. Un señor que, por hacerse el vivo, termina tirado en el piso, sin dientes y cubierto de sangre y encima nos quiere vender que, lejos de ser un pobre imbécil, en realidad es un piola bárbaro.
¡Qué grande! Me encanta ver argentinos ganadores desplegando su éxito arrollador por el mundo. Un señor que, por hacerse el vivo, termina tirado en el piso, sin dientes y cubierto de sangre y encima nos quiere vender que, lejos de ser un pobre imbécil, en realidad es un piola bárbaro.
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