El Opinador Compulsivo

En lugar de arruinar la economía en forma de aumento de impuestos que seguramente seguirán la regla tucumana del 95/5 (95% de lo recaudado para el bolsillo de los políticos, 5% para la comunidad en forma de servicios), mayor regulación, mayor burocracia, menor productividad, lo mejor que podemos hacer para mejorar la calidad del aire que respiramos es dejar de ser pobres. En Estados Unidos la calidad del aire ha mejorado enormemente en las últimas tres décadas. Esto se explica por una razón muy simple: prosperidad. Contar con una flota automotriz que se renueva permanentemente es la mejor receta para mejorar la calidad del aire. No sé si el futuro del mundo es tan negro como pronostican algunos, pero sí parece muy claro que el de nuestra región sigue siendo bien oscuro mientras sigamos repitiendo como loros la basura científica que viene del primer mundo sin preocuparnos por atacar las causas que llevan a que todavía circulen por nuestras calles esos colectivos Mercedes de los 70s.