Feb 4, 2007


Perdón, seré curioso, ¿alguien se acuerda de cómo nos horrorizábamos con el nepotismo del gobierno de Menem? No pasaba un día sin que alguien hiciera público su hartazgo por el farandulismo y la frivolidad con la que se manejaba la cosa pública.

Tal vez sea por eso que me llama tanto la atención cómo en tan poco tiempo nos hemos acostumbrado y ahora nos parece absolutamente normal y aceptable que un presidente maneje el país como si se tratara de una sociedad conyugal, a tal punto de mandar a su esposa a firmar un tratado internacional en representación del Poder Ejecutivo Nacional.

Parece que hemos adoptado el estilo sucesorio del PRI de México, el famoso “dedazo” para elegir al nuevo presidente. Todo el mundo habla de la candidatura a presidente de la esposa de Kirchner como si se tratara de lo más natural e institucional del mundo. Después de todo, el país es poco más que un bien ganancial del matrimonio presidencial.

Y a nadie se le mueve un pelo, nadie dice absolutamente nada de nada. Cómo nos cambia la vida.

Y pensar que la ex esposa de Menem nunca ocupó ningún cargo público.

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