En el zoológico local había un canguro que se escapaba de su recinto casi todas las noches. Sabiendo que los canguros pueden dar saltos enormes, las autoridades del zoológico deciden poner una valla de 3 metros de alto.
A la mañana siguiente, el animal aparece paseando libremente por el zoológico. Antes del anochecer, una nueva valla de 4 metros estaba instalada, y una vez más apareció afuera.
Cuando la valla ya alcanzaba los 8 metros, el camello, que residía en la jaula vecina, le pregunta al canguro: "Hasta cuándo pensás que van a seguir subiendo la valla?"
"Cincuenta, sesenta metros..." contestó el canguro, "a menos que se aviven y empiecen a cerrar la puerta durante la noche!"
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