Mar 22, 2007

Más allá de las diferencias políticas, me gusta la gente que dice las cosas sin pelos en la lengua. Acá un comentarista del L.A. Times dice que la solución a los problemas del mundo moderno es: la pobreza. Me pregunto si todavía tiene puesta la cara, a mí ya se me habría caído de la verguenza:

...economists and sociologists suggest that our dissatisfaction is, in fact, linked to economic growth. What did we spend our new wealth on? Bigger houses, ever farther out in the suburbs. And what was the result? We have far fewer friends nearby; we eat fewer meals with family, friends and neighbors. Our network of social connections has shrunk. Do the experiment yourself. Would you rather have a new, bigger television, or a new friend?

Estoy seguro que este columnista, luego de haber terminado semejante joya periodística debe haber ido a la oficina de su jefe para pedir una rebaja de sueldo. Yo le aconsejaría que haga una Maestría en Desperdicio de Riqueza en la Universidad de Caracas, dicen que tienen un programa fenomenal ahí.

3 comments:

  1. Se me ocurre que si hubiera muchos paparulos como el que escribió la nota estaríamos ante una buena oportunidad de negocio.
    Podrían organizarse tours para ser un poco más feliz, alojándose en una favela carioca, o en un barrio caraqueño o acá en una villa rosarina.
    En cualquier lugar el turista podrá disfrutar de comida escasa y berreta, pero hecha con dedicación y artesanalmente, deleitarse con una vivienda estrecha, el contacto con la naturaleza (incluyendo enfermedades e insectos), además de experimentar la aventura de no saber si se llega al final del día, ante el riesgo de una violencia indiscriminada fomentada por el consumo de drogas berretas.

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  2. Ramiro, El pelotudismo extremis no conoce fronteras ni ideología. No es nada extraño escuchar argumentos similares por esta zona también. Por lo general se trata de personas que no tienen la más peregrina de las ideas de lo que verdaderamente significa ser pobre en una sociedad pobre. El concepto de la pobreza es siempre relativo, alguien es más pobre (o más rico) que alguien, y mucha gente suele guiarse por una idea romántica, muy relacionada a aquella del “noble salvaje”.

    En la gran mayoría de los casos, esta gente se manda "la gran Cristian", el “modelo chavista” es fantástico y la pobreza es muy recomendable, pero para los demás. A mí dejame con mi cómoda vida en el Primer Mundo.

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