Vivimos en una sociedad donde los símbolos y lo gestual prevalecen sobre los hechos. Insisto, nos debatimos permanentemente entre lo que haríamos si las tuviéramos bien puestas y los límites que nos impone la realidad. Esto de financiarle un acto anti EEUU en Buenos Aires al presidente de Venezuela está dentro de lo primero. No hay caso, nos encanta el rol de los eternos perdedores.
Espero honestamente que alguien en algún estrato del estado argentino, tal vez en lo poco que debe quedar de profesional en la cancillería, ya esté trabajando en firme en una estrategia para que el país pueda por lo menos parcialmente recuperar su imagen internacional cuando se vaya esta gente que está en el gobierno.
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