Apr 4, 2007

¿Se viene el cambio?

Domingo Cavallo, el ex ministro de economía de Menem y De la Rúa, sostiene que Kirchner se hará ortodoxo tras las elecciones. Más allá de que resulte acertado o no, me parece interesante que alguien se juegue y haga un pronóstico sobre el corto plazo en el país:

Los colchones ofrecidos por la fuerte inversión modernizadora de los 90, la paciencia de los trabajadores y jubilados postergados, y el viento de cola de la bonanza internacional ya han comenzado a atenuarse en algunos casos y a agotarse en otros y difícilmente ayuden por muchos años más. Por consiguiente resulta interesante especular sobre cómo reaccionarían Kirchner y Lavagna frente a estos sobresaltos y crisis.

En el caso de Lavagna, como principal ideólogo del modelo «productivo», no tendrá otra alternativa que ser consecuente con su promesa de mantener el tipo de cambio real alto y, por consiguiente, luego de permitir todos los aumentos de tarifas, precios, salarios, jubilaciones y gastos necesarios para remover los desequilibrios entre oferta y demanda causantes de las crisis, se verá obligado a devaluar el peso en la misma proporción en que aumente la inflación.

El resultado será una espiralización de la inflación que en, pocos años, retrotraerá la realidad del país a la década de los 80, con inflación persistente y esporádicos episodios de stagflación y, si no se abandona antes la política de tipo de cambio real alto, hasta de hiperinflación. Se habrá desandado totalmente el proceso económico reeducativo de la convertibilidad, que con su éxito estabilizador de mas de 10 años, había logrado cambiar los comportamientos inflacionarios de los argentinos.

Kirchner no podrá evitar los aumentos de tarifas, precios, salarios, jubilaciones y gastos necesarios para remover las causas de las crisis, pero por su testarudez tratará de demorarlos tanto como le sea posible. Me atrevo a predecir que Kirchner no convalidará con una devaluación el impacto inflacionario de todos estos reajustes. Es decir, antes de correr el riesgo de espiralizar la inflación, abandonará la lógica del modelo «productivo» y su tipo de cambio real alto. Porque Kirchner tiene olfato político y desapego a ortodoxias ideológicas. Ello le permitirá descubrir que no es buena para la gente ni para él, como Presidente, reintroducir en la economía argentina una inflación virulenta.

2 comments:

  1. En este momento Michael Savage: "Britain is the new France"

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  2. Cavallo como futurólogo político es un buen economista. Supone la racionalidad de K y sus adláteres. Estoy de acuerdo en que no dejará que se dispare el tipo de cambio, si puede evitarlo por un corto tiempo. Pero mercantilista como es, si la demanda de dólares o euros aumenta en forma persistente, y para mantener el tipo de cambio no tiene ya que comprar, sino vender divisas, no querrá perder su precioso colchón de reservas, y entonces:
    1) No devaluará, porque su popularidad política se le iría al carajo.
    2) Pero tampoco aceptará soluciones "ortodoxas". Introducirá un control de cambios estricto, bien a la cubana. Sabemos cómo terminan esos experimentos, pero no sabemos cuándo.

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