Jun 3, 2007

Ibarra

Hace unos días fueron los escraches a Ibarra, el ex intendente de Buenos Aires, ahora son los insultos y forcejeos cuando fue a votar. No hay caso, los argentinos somos fieles cultores del arte de pegarle al caído. La cosa es siempre con el que está tirado en el piso y la condición fundamental es que no se pueda defender. Ante la menor resistencia, somos los primeros en recular.

Todo esto nos puede parecer graciosísimo ahora, pero tengamos en cuenta que hoy le pasa a Ibarra y mañana puede ser alguien de moda o más cercano a nuestra posición ideológica y dudo que nos resulte igual de ocurrente.

Vuelvo a repetir lo que ya dije varias veces por acá. Siento un profundo asco por Ibarra y por su ideología. Pero creo que en algún momento debemos terminar de entender que este personaje es un dignísimo representante de la Gran Clase Media Urbana argenta, la que se da ínfulas de progresista, sofisticada e intelectual, que siempre pretendió cagar más arriba del culo. Se trata de los mismos que lo votaron para su cargo no una sino dos veces y que a la primera de cambio lo tiraron a la basura, como quién se cambia la bombacha después de una noche de cama redonda.

Tenemos los gobernantes que nos merecemos.

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