Pececitos de colores

Daniel Naszewski sobre el nuevo ministro de economía, digno representante de la Argentina de Kirchner, país maravilloso donde la crisis energética, la inflación, el desabastecimiento, la manipulación grosera de las estadísticas y los negociados son sólo cuestiones menores que no empañan los éxitos de esta administración:

Es que antes lo estuve viendo a Migue Peirano, el nuevo secretario del ministro de Economía Néstor Kirchner, en “A dos voces”, el programa de TN de mi gran no amigo Marcelo Bonelli. Me alegró la noche esa profunda y sin duda punzante entrevista que le hicieron al sucesor de Felisa, un hombre igualmente productivista y heterodoxo, otro clon del mismísmo Kirchner. El nuevo funcionario no dijo qué va a hacer porque no hacía falta, si todo está bajo control, “todo en orden”, jefe”, los índices de precios del Indek “son confiables”, los problemas en el suministro de energía “son de orden coyuntural”, ya que "la industria viene funcionando muy bien" y "están encaradas las inversiones" en el sector. Y todo es diferente gracias al amor, agrego yo, no sé qué célebre pensador lo dijo primero.

No me parece mal que un “ministro” que acaba de asumir no haga leña del árbol caído (Felisa), ni que empiece con promesas que no sabe si podrá cumplir, pero tuve la sensación que él estaba mirando otro canal, o yo estaba mirando otro canal, eniuai, él veía pececitos de colores, yo veía tiburones dando vueltas cada vez más cerca. Debo ser yo, que soy un pesimista crónico desde que asumió este gobierno. Sí, seguramente soy yo, que lo único que veo son los errores semanales del gobierno nacional, las medidas que se toman para subsanar esos errores y que terminan complicando más los problemas originales. Y cómo la brecha entre realidad y fantasía, entre lo que ven los expertos serios y lo que imaginan los funcionarios, se va ampliando de manera inquietante. Eso es lo más “Preocupante I”: uno de los errores más graves que puede cometer una persona es no querer ver la simple realidad que tiene delante, porque cuando finalmente esta aparece con toda su intensidad, el shock es tan fuerte que al gobernante le surge naturalmente una tendencia dramática a negar la realidad y a soñar conspiraciones por todas partes. En eso estamos. Pero ya lo saben, “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. O como lo escribió ayer en La Nación Joaquín Morales Solá, “hay, sí, una increíble tenacidad del Gobierno para persistir en el error”.