Enrique Szewach sostiene que la estrategia de mantener una inflación anual de 15 – 20% para licuar salarios y gastos puede resultar muy atractiva para el gobierno pero que es una muy mala idea:
¿Por qué esta idea resulta peligrosa? No es la primera vez, en la historia de la política económica argentina, que se intenta utilizar un «poco de inflación» como mecanismo facilitador de la política fiscal. Y allí, precisamente, está el mayor de los problemas. Ningún experimento social puede repetirse, dado que «los ratones» aprendemos. Dicho de otra manera, es difícil hoy en día engañar por mucho tiempo en el verdadero valor del Indice de Precios al Consumidor. También resulta difícil engañar a los inversores sobre la verdadera solvencia fiscal, incorporando recursos de una sola vez, como los provenientes de la reforma previsional, como si fueran recursos corrientes. Es difícil, en una economía en cuasi pleno empleo, licuar salarios privados e inclusive, públicos. Y hasta la Justicia le pone límites a la licuación de jubilaciones y pensiones. En ese contexto, se corre el riesgo, similar al observado en el período 2006-2007, de ir acelerando, sin prisa pero sin pausa, la tasa de inflación, con el objetivo de postergar soluciones de largo plazo en la política fiscal. (Pero ahora partiendo de un «piso» más elevado.)
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.