Siguen las arbitrariedades del gobierno de Kirchner en contra de empresas privadas. Después de las apretadas de los piqueteros y llamadas a boicots, ahora le vuelve a tocar a Shell con amenazas de cárcel para los directivos por “desabastecimiento”.
Pero a no preocuparse, no pasa nada, van a llover inversiones. Sobre todo petroleras.
A veces me pregunto si es que no nos damos cuenta de que Argentina se ha convertido en un país pobre, que necesita desesperadamente del ahorro del resto del mundo. Seguimos sin entender que de esta manera sólo conseguiremos espantarlo. Seguimos actuando como si fuéramos un país de ingresos altos, que exporta capitales y que tiene que lidiar con una cola interminable de inversores dispuestos a colocar su capital bajo jurisdicción argentina.
Creo que llegó el momento de salir de la nube de pedo en la que vivimos y terminar con estas payasadas de adolescentes histéricos.
Y qué pasa con nuestra diginidad?
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