Manuel Solanet sobre la atomización política en la que cayó el país y de la que no se salva ni el peronismo, después de su destrucción de la mano de Duhalde:
El escenario político para las próximas elecciones nacionales sería muy difícil de entender para alguien que retorne a la Argentina después de varios años de ausencia. Los partidos Justicialista y Radical ya no son tales y, en todo caso, distribuidos en fracciones, forman parte de varias alianzas. El Frente para la Victoria abarca a peronistas, a radicales K y a una gama diversa de agrupamientos. La atracción del poder y la inmensa caja del gobierno han llevado hacia ese Frente a gobernadores, intendentes, partidos provinciales, sindicalistas, empresarios y otros interesados, cualquiera sea su color o ideología. En otra alianza, detrás de Roberto Lavagna y con el soporte de Alfonsín y tenuemente de Duhalde, se alinean el grueso de los radicales y algunos peronistas, además de otros partidos menores en extinción o con difícil supervivencia. La Coalición Cívica de Elisa Carrió es también un agrupamiento de colores políticos e ideológicos diversos. El partido ARI creado pero dejado formalmente por su fundadora, sostiene ideas de centro izquierda y es el eje de la Coalición. Pero en una suerte de giro hacia el centro, Carrió ha incorporado aliados y personas que sólo pueden imaginarse juntas a la hora de un asado o una denuncia de corrupción, pero imposible suponer que coincidan en la instrumentación de políticas de gobierno.
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