Gran parte de la infraestructura de Québec data, en el mejor de los casos, de la década del 70. Muchas, por no decir la mayoría, de las escuelas, hospitales, caminos, puentes, aeropuertos fueron construidos o remodelados a nuevo durante los años dorados de la “revolución tranquila”. Y se nota.
La ruta a Montreal tiene dos carriles por mano y está en reparaciones doce meses al año. No exagero. Hasta ahora nunca me tocó ir a esa ciudad sin encontrarme con algún tramo cerrado total o parcialmente por algún trabajo. Hay veces en que se trata de cuatro o cinco obras a la vez.
Aún así, el estado deja mucho que desear. Hay tramos en que directamente se superponen los parches. Honestamente uno no espera encontrarse con algo así en una sociedad rica como esta. Se trata de un paisaje mucho más típico de un país como la Argentina pre peajes en las rutas nacionales.
Hay argentinos residentes en esta zona que tienen la teoría de que el estado calamitoso de las rutas de la región está relacionado al clima. Sin duda que tiene mucho que ver. Pero, como ya comenté antes por acá, la explicación no me cierra del todo.
El clima del norte de Vermont es exactamente el mismo que el del sur de Québec. No entiendo por qué los caminos en ese distrito están en mucho mejor estado y bien pintados y los de acá hechos merde y despintados todo el año.
Desde ya no es el clima. Beverly Hills es un municipio aparte dentro de la ciudad de Los Angeles. Es gracioso ver el contraste en las calles que sirven de límite entre las dos municipalidades, la mitad que pertenece a Los Angeles es como cualquier calle bien cuidada, pero con rastros propios del uso. La mitad de Beverly Hills está impecable todo el tiempo, como si lo acabaran de pintar (porque, de hecho, lo hacen todo el tiempo)
ReplyDelete