Hablando de Claremont, un par de fotos para mostrar la publicidad política en espacios públicos en época de elecciones.
Cada uno, si quiere, es dueño de poner en su vereda el nombre del candidato de su preferencia. Algunos vecinos se molestan aduciendo que los carteles arruinan la vista de la ciudad.
Por lo menos, no dañan el medio ambiente.
Nada que ver con las pegatinas con engrudo que hacía el Mocho Ahuali a las tres de la mañana en época de campaña en Tucumán, la única hora en la que los "mala onda" de los propietarios no se percatarían del "servicio público" que le hacía el Mocho a las paredes de mármol del frente de las casas. Esas tenían más Dignidad.
Lo que diferencia a los pueblos no es el dinero sino la cultura.
ReplyDeleteNo es un objetivo inalcanzable aquí.
Pronto lo lograremos.
Una vez instaurada la dinastía K, no será necesario hacer propaganda.