Sep 11, 2007

Llegan saludos


Nos enteramos por Thompson, quién hizo varios viajes a la triple frontera para comprar walkmans en los 90s, que el blog tiene un lector bastante famoso:

Altos Las Cuevas,
Pakistan

11 de Septiembre, edad de piedra

Querido Thompson:
Me enteré que estás colaborando para el OC. No quería dejar pasar más tiempo sin saludarte, y por favor mandale mis felicitaciones a Luis en el tercer aniversario del blog. Ya sé que tenemos diferencias ideológicas, pero como él, se lo duro que es estar a la cabeza de una organización terrorista internacional.

No te escribí antes porque estaba ocupado estudiando el problema del Global Warming que, aunque sinceramente no lo entiendo (estos occidentales se quejan desde oficinas con aire acondicionado, mientras el que se banca el calor en una cueva soy yo), quise hacer una mención en mi discurso a los “infidels”, para demostrarles que no por usar letrina uno es menos sofisticado como para no estar en la moda. Al final tuve que hacer dos discursos porque en el primero me olvidé de hacer amenazas. Los años no pasan en vano, hermano.

Y hablando del tema, te cuento que me resultan desopilantes los análisis de los “expertos” cuando tratan de encontrar pistas en mis mensajes. Por ejemplo, tanto se habló de mi barba más corta y nadie le pegó ni cerca. Te cuento a vos y a los lectores del OC en exclusiva. Resulta que “Gambeta” Abdul, (te acordás de él?, ya tiene 15 hijos, de los cuales 7 ya se inmolaron en ataques contra El Gran Satan -o era el Pequeño?, no importa-, me dice acá el contador que eso es 504 vírgenes para ellos solitos, mientras nosotros nos ratoneamos acá en la cueva de solo pensar en una oveja) se fue a la villa a comprar esfijas de Doña Dalila y volvió lleno de piojos el hijo de su madre. Nos tuvimos que afeitar todos hasta los pelos de la espalda. Eso fue en marzo, así que recién se nos está componiendo la pelusa… expertos en marketing dicen lo yanquis!

Te cuento también que el otro día nos llevamos un susto bárbaro. Resulta que cinco agentes del FBI estaban perdidos en la montaña y golpearon la piedra de entrada para pedir ayuda. Podés creer que el único día que decido atender YO la piedra de entrada fue ESE día? Uno de ellos me reconoció, me parece, porque me miraba y me miraba. Después de saludar y partir rumbo a la villa, regresaron medio desafiantes. Parece que éste los avivó.

-Señor, va a tener que acompañarnos a nuestra central para responder algunas preguntas. Creemos que usted puede ser el sujeto a quién estamos buscando.

- De ninguna manera –les respondí- No voy a ninguna parte sin ver una orden de arresto emitida por un juez competente.

Y ahí intervino Allah, mi querido Thompson, porque podés creer que se habían olvidado los papeles en la central? Me dijeron que regresarían, pero nos avivamos y pusimos un cartel en la puerta indicando que nos habíamos mudado de cueva.

Bueno, hermano. Me voy despidiendo porque es hora de orar (hora-ora, qué lindo es el español). Cuando los yanquis vinieron le afanamos una brújula así que finalmente sabemos hacia donde está la Meca.

Un saludo grande a todos por ahí,
Allah la tiene grande…
digo,
Allah ES grande.
XOXO,
Osama bin Laden

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