Roberto Cachanosky, me pregunto si realmente está más claro para mucha gente cómo termina este nuevo experimento populista:
Supongamos que efectivamente el 28 de octubre el oficialismo festeja y Cristina Fernández de Kirchner se prepara para asumir la presidencia. El gran interrogante que surge es si la señora de Kirchner tiene noción de los problemas que recibirá de su esposo, porque –más allá de declararse hegeliana– todavía no se le ha escuchado una sola palabra sobre qué hará con el precio de los combustibles, las tarifas de los servicios público, la inflación, el desborde en el gasto público, la crisis energética y la falta de inversiones.
Frente a la tormenta que todos ven acercarse, algunos con más y otros con menos claridad, caben dos posibilidades: a) que, mareados por el poder, el matrimonio Kirchner no vea el horizonte, o b) que vean el horizonte y esperen la oportunidad para hacer algo para evitar la crisis. En este segundo caso, habría que preguntarse qué es ese algo y cuándo harán ese algo.
Por el momento, sin embargo, el matrimonio presidencial parece moverse sin tener conciencia de la verdadera situación en que se encuentra la Argentina.
se viene cosecha record a precio record... En ese marco no hay lugar para catástrofes, si para ajuste de cinturón.
ReplyDeleteCuando CFK habla de "acuerdo social" se refiere al tarifazo que viene.
O sea, el "acuerdo social" viene siendo una especie de vaselina para lo que se nos viene...
Espero honestamente que tengas razón.
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