Oct 12, 2007

Berretadas

Emilio Cárdenas sobre los viajes de la esposa de Kirchner. No se puede creer, tener que viajar en un avión alquilado para que los acreedores no embarguen el Tango 01. Si esto no es un éxito, el éxito dónde está:

En una campaña electoral que ha sido –hasta ahora– anómala, la candidata que goza del apoyo oficial, esto es, la esposa del presidente Néstor Kirchner y nuestra primera dama, se dedicó de lleno –durante varias semanas– a recorrer el mundo para evitar –presumiblemente– el desgaste que su presencia en la Argentina le podría provocar. Con sus viajes, pagados por todos nosotros, la senadora por la provincia de Buenos Aires trató de construir una imagen falsa: la de una conocedora del escenario internacional.

El viaje a Nueva York (en un Jumbo alquilado al efecto para evitar que, de otro modo, los acreedores –aún impagos– de la Argentina embargaran el avión presidencial) resultó un fiasco. Los medios periodísticos más importantes de esa ciudad ignoraron, por completo, los distintos eventos por ella cuidadosamente organizados, de los que –también cuidadosamente– excluyó a la prensa argentina, “para evitar problemas”.

Esto de la transparencia republicana es para otros; para la “gilada”, tal vez. No para Cristina. Lo cierto es que desde las columnas de The Wall Street Journal, el día mismo de su llegada a Nueva York, le dedicaron una descripción devastadora, que los medios argentinos (siempre cuidadosos, en esto) ignoraron. Con la única excepción de La Nación, que reprodujo íntegramente el artículo, aunque tarde, o sea una semana después. Cuando lo sucedido ya no era noticia y los amplificadores –que apuntan siempre sólo hacia el Río de la Plata– habían funcionado “a full”.

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