Como no podía ser de otra manera, la Argentina deberá reconocer y eventualmente comenzar a pagar los casi 30 mil millones de dólares que quedaron fuera de la estafa de prepo de la “renegociación” de la deuda pública del país.
Sólo los voluntaristas delirantes se seguían negando a aceptar lo que a todas luces era inevitable.
La gran pregunta que me hago es, si todo el mundo sabía que íbamos a terminar pagando, ¿por qué tiramos a la basura el escaso prestigio e historial crediticio del país, por qué condenar a la pobreza a generaciones de argentinos, para qué tanto sufrimiento?
¿No hubiera sido más fácil y de bien nacidos llegar a un acuerdo de entrada, de buena fe?
Quizás Argentina no los pague nunca, la verdad, no tengo idea. Pero no pagarlos va a salir mucho más caro que los 30 mil millones.
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