Qué cosa, hace un par de días publicaba este post sobre aquello de ser "rich as an Argentine".
Hoy leo en La Nación una columna que habla de exactamente lo mismo.
Debe ser una coincidencia, no seamos mal pensados.
De todos modos recuerde señora que usted lo vio primero en El Opinador Compulsivo. No acepte imitaciones.
Luis, no te sientas mal. Tú no mencionaste que ya pronto les van a querer robar al agua, como lo hace el artículo de La Nación. Y un detalle: el artículo en inglés (Gold Coins?) que citas, hace algunas comparaciones pertinentes con Gran Bretaña.
ReplyDeleteEsa fue la llave de la prosperidad argentina. Mientras el imperio británico regía en los mares y en el mundo, Argentina se hizo rica. Cuando el imperio comenzó a dar claras muestras de agotamiento tras la Primera Guerra Mundial, Argentina tropezó. La Segunda Guerra, unida al crash de 1929 y el golpe de 1930, selló la suerte de un país que no supo optar por reinventarse, como los japoneses y los alemanes, o inventarse casi desde nada, como los taiwaneses, singapurenses y coreanos. En el colmo de la locura decidieron pelearse con Gran Bretaña, el país que los había ayudado tanto a hacerse ricos, y Perón así ganó los aplausos que tanto quería al nacionalizar trenes.
Es interesante cómo la riqueza de Argentina está tan íntimamente ligada a Gran Bretaña y cómo cuando tu país se propuso navegar solo, le fue tan mal. Hay casos peores, claro, y otros latinoamericanos nunca llegamos al sitial de Argentina, así es que ni siquiera tenemos esa Era Dorada en la que basarnos. Pero es terriblemente preocupante para el futuro del continente que una de las sociedades latinoamericanas más cultas y mejor educadas pueda tan alegremente haber echado por la borda todo el esfuerzo de generaciones anteriores y aún insistan en el error. Al ver cosas así, no nos debe sorprender Cuba, ni Nicaragua, ni Venezuela, ni Ecuador. Y mi largo país que se tambalea entre el desarrollo al que se puede llegar pero para el cual falta bastante, y la regresión al populisnmo "con dignidad", mira hacia sus vecinos y tiembla por lo que ve: ésa parece ser la más fuerte de las razones para que el vecino occidental de Argentina no haya seguido, por ahora, los pasos antiimperialistas que tan de moda están.
Sergio Flores