El maestro Mark Steyn escribió sobre la excepción que le otorgaron a los salones fumador de la pipa turca o narguila en Vancouver.
Los hijos de vecinos vancouvereños y otros inmigrantes indeseables, esto es, no musulmanes, recibirán multas de entre $ 100 y $ 2.000 si fuman en taxi (aunque chofer y pasajeros lo acuerden). Tampoco podrán fumar en las veredas de las zonas comerciales, patios de restaurantes o paradas de bondi.
El tema es que los pobrecitos musulmanes no pueden ir a fumar a los bares porque no pueden tomar alcohol.
En el piedra, papel o tijera del progresismo, el todopoderoso multiculturalismo le gana al fortísimo tótem del “cigarrillo veneno”.
No hay quien lo pare.
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