Interesante entrevista a Sebastián Edwards, otro chileno que odia al país, en Ámbito:
Periodista: ¿Cuál es el principal obstáculo económico con el que se encontrará el gobierno de Cristina Kirchner?
Sebastián Edwards: La señora Kirchner encontrará tres problemas. En primer término, se producirá una recesión en los Estados Unidos y una desaceleración importante en el resto del mundo durante su presidencia, que afectará las exportaciones argentinas. Segundo, la situación energética y la inflacionaria llegaron a un nivel crítico y requieren atención de forma seria. El enfoque de los «parche curita» implementado hasta ahora ya no funcionará. Y, en tercer término, deberá hacer gestos contundentes para retornar plenamente al concierto internacional. Estos son gestos a las compañías de servicios públicos y a los bonistas.
P.: ¿Cree que pueda funcionar el pacto social que propone?
S.E.: Los acuerdos sociales sólo son exitosos si van acompañados de un pacto político. La pregunta entonces es si la administración de la señora K estará dispuesta a negociar con la oposición. Creo que sería muy bueno para la Argentina si ello sucede.
Tal vez por mi evidente paranoia, me siento aludido por el comentario de Louis. Desearía aclarar que no pienso que todos los chilenos odien a la Argentina, en realidad es a los argentinos a los que la mayoría no se bancan.
ReplyDeleteEs cierto que hay algunos chilenos que simplemente no nos quieren y otros, pocos comparativamente sobre el total de la población, que tienen afecto por nosotros, especialmente por los mendocinos, por Pampita, Luciana Zalazar y otras. Comparten, en general, con los provincianos el rechazo hacia los porteños e ignoro qué sentimientos abrigan por los argentinos de zonas no limítrofes como Tucumán, Misiones o el Chaco.
Me consta que no se inculca en sus escuelas el amor hacia la Argentina (no tendrían por qué hacerlo y de todas maneras en las nuestras tampoco se lo hace evidentemente), pero sí se enseña que les robamos la Patagonia. De San Martín no se habla, salvo para decir que fusiló a los hermanos Carrera y, antes de que se solucionaran los conflictos limítrofes, cada vez que se producía algún incidente fronterizo se acordaban de su busto (el de san Martín, no el de ellos)para tirarlo al Mapocho (aclaro que es el río que atraviesa Santiago de Chile porque temo que no han vivido en Chile).
En un gesto fraterno durante la guerra de las Malvinas, Pinocho (el honesto y honorable que nunca se guardó un peso ni mató a nadie) apoyó decididamente a los ingleses, cosa que tiende a molestarme, tal vez por mi patriotismo futbolero (yo lo llamo patriotismo porque el fútbol no es lo mío), dado que cuando alguien ayuda a mi enemigo EN UNA GUERRA percibo que me está jodiendo de una manera importante. Tal vez Chile podría haber intentado buscar una forma diplomática para ayudar a evitar la guerra y restablecer la cordura perdida por Galieri y Cia.
Cuando la guerra del Pacífico (no la de USA contra Japón sino la de Chile contra Bolivia y Perú)los chilenos, temerosos de sufrir un ataque argentino por la espalda, enviaron al Ministro Balmaceda para obtener la neutralidad argentina. Balmaceda se entrevistó con el Canciller del Presidente Avellaneda, Montes de Oca, y éste le aseguró que "la Argentina no tomaría ventajas de las dificultades de Chile". Y fuimos neutrales aunque teníamos tantos puntos en litigio que, con Roca, casi vamos a la guerra.
Por puro afecto es que, luego de las Malvinas, se ha hecho norma en los estadios chilenos gritar algo así como "mandarina, mandarina, si tienen tantos huevos, recuperen las Malvinas", simpática alegoría si las hay.
Entre chilenos y argentinos históricamente hubo muchos conflictos y cagadas recíprocas, pero ninguna comparable a lo de Pinocho, ni siquiera lo del gas es comparable.
En contrapartida, hay muchísimas chilenas a los que les caen muy bien los argentinos, incluso los porteños, y hasta diría que especialmente los porteños, lo que demuestra que deben estar locas.
En lo personal, no guardo rencores a los gentilicios sino hacia personas concretas, así como a sus conductas, y trato de no imaginarme que hay un mundo donde todos nos quieren y otro donde todos nos odian, como muchos creen. Tampoco creo que la Argentina sea el mejor país del mundo, que no lo es, pero sé que no es el peor porque algo he vivido, leído y viajado. Simplemente es mi país y, en cuestiones exteriores, sigo la vieja enseñanza británica "Right or wrong, my country".
Mis disculpas por lo extenso del comentario.
Yo (el enmascarado)
OK, el comentario del enmascarado respecto a Chile merece una respuesta.
ReplyDeleteNo sé a qué escuela fuiste en Chile, enmascarado, pero en las escuelas a las que yo fui no se decía nada de Argentina ni la Patagonia. Y en la escuela yo aprendí que los chilenos le ofrecieron el cargo de Director Supremo a San Martín y éste declinó y propuso a O'Higgins, su amigo. Pero San Martín sí fusiló a los Carrera. Los chilenos no saben quién es Barros Arana (ni menos el perito Moreno) y el tratado Fierro-Sarratea se estudia en la universidad, en la carrera especializada de historia.
Guerra del Pacífico: yo me enteré de que estuvo a punto de ser una guerra de tres contra uno porque leí libros especializados que había en mi casa. Y si te molesta tanto lo que Chile hizo durante la guerra de las Falklands, te saco la venda de los ojos con respecto a la buena voluntad argentina durante la Guerra del Pacífico: si Argentina no intervino en contra de Chile fue porque Balmaceda también habló con el gobierno de Brasil; además, Argentina consiguió todo lo que quería sin disparar ni un tiro. La guerra comenzó en Febrero de 1879, y poco después el general Roca emprendía su campaña del desierto. Chile y Argentina habían disputado Patagonia, pero Chile prefirió replegarse porque estaba ocupado de Perú y Bolivia y las riquezas del desierto de Atacama; Patagonia, a juicio del influyente Barros Arana, era un desierto frío y pobre. Ergo, Chile no fue a la guerra con su otro vecino si se podía hacer rico a costa de los otros dos. No comparto el pensamiento nacional de la época, pero lo hecho hecho está.
Tiempos actuales. No fue sólo Pinochet, enmascarado, el que apoyó a Gran Bretaña; fue el país entero. Fui yo con mis catorce años de edad recordando cuando mi papá fue encuartelado en 1978 esperando a los vecinos; fueron mis compañeros de escuela; fueron mis vecinos. Fuimos todos. La única excepción que conocí fue mi profesor marxista de filosofía que prefería apoyar a los militares argentinos que torturaban y mataban a otros argentinos con tal de echarle barro a los "imperialistas."
No te engañes creyendo que Galtieri y sus compadres, de haber triunfado en la Falklands, habrían dejado a Chile tranquilo. He hablado con demasiados de tus compatriotas como para tener ilusiones de eso, enmascarado. Perdieron la guerra y parece que uno está hablando con los que ganaron. ¡Si hasta hundieron al portaaviones Invincible! Que el Invincible haya salido ileso del conflicto no significa nada en el terreno irreal del que hablamos. Con sueños de grandeza alimentados por el triunfo ante Gran Bretaña, los militares argentinos habrían "necesitado" un nuevo enemigo. Bolivia es muy pobre, Paraguay y Uruguay son muy chicos, y Brasil es muy grande. Adivina quién queda. Las necesidades chilenas de realpolitik pueden no gustarte, pero las engendró tu país con sus gobiernos patoteros y su prensa lacaya. La actitud de Kirchner, la mala educación, la falta de respeto para con todo el mundo, el creer que todo se soluciona con exceso de huevos, el creer que la vida es un partido de fútbol, no es de ahora, es de décadas.
Los argentinos tienen todo el derecho de detestar a los chilenos que crean ayudaron o apoyaron a Gran Bretaña durante su locura de las Falklands, y te recuerdo que fue todo el país, dictadura o no dictadura. Pero no me vas a decir que tu país ha sido "noble" con nosotros. Si en el '82 se tiraron con los británicos es porque pensaron que no contraatacarían, que sería como los portugueses en Goa.
Entiendo "My country right or wrong" enmascarado. No estás solo en eso. Y si te vas a guiar en tu opinión de un país por lo que se grita en los estadios, date una vuelta por el de Boca cuando juega un equipo chileno. O mira la tele de tu país donde tantos compatriotas tuyos encuentran que el uruguayo Peña que habla pestes de todos los chilenos es muy gracioso y talentoso.
Coincido que entre chilenos y argentinos hay muchas cagadas recíprocas. Tú me pareces de esos argentinos que sencillamente no pueden dejar las Falklands y el rol de Chile en el pasado y además se niegan a reconocer la responsabilidad argentina en alimentar esa actitud en Chile. Así como para varios peruanos nada que Chile haga o no haga va a servir, excepto derrotarlo en una guerra, tal vez eres de los que piensa que, eventualmente, Chile y Argentina van a tener que tomarse el pulso ahí donde es en serio, donde no es un partido de fútbol.
Si la internet es una muestra de lo que opinan los pueblos y hacia donde van eventualmente, mis contactos electrónicos me han acercado a Luis y otros argentinos que piensan de una manera excepcional porque son excepciones, no la norma. Hace diez años me habría reído de un deseo revanchista argentino hacia Chile. Hoy, la posibilidad de una pulseada no se me antoja extraordinaria en absoluto. Y cuando todo acabe Chile muy probablemente tendrá otro vecino más grande y más rico que él acusándolo de ser un "Caín" y un abusador. Tal vez la culpa es, al final, nuestra.
Sergio Flores