Manuel Solanet:
En un inteligente artículo el periodista Carlos Pagni describió la sucesión del gobierno como quien se retira pero dejando el campo minado. Pues bien, en la primera semana, la sucesora presidencial de su propio cónyuge ya pisó varias minas. La de mayor poder y sonoridad ha sido sin duda la de la famosa valija bolivariana. También tuvimos el caso del enfrentamiento de Hugo Moyano, casi una declaración de guerra, que selló definitivamente el abandono del proyecto de un Pacto Social. Han comenzado también las pequeñas o grandes dificultades que inevitablemente resultarán de la inflación ocultada o reprimida por el látigo de Guillermo Moreno. Los tamberos bloquearon usinas lácteas y lograron recuperar los precios de la leche entregada. El consumidor se enterará en las góndolas de precios más altos en los lácteos. La reaparición de la crisis eléctrica se ha morigerado gracias a un diciembre fresco, pero la escasez de energía será una parte importante del campo minado. Aunque comiencen a sincerarse las tarifas, la crisis energética no se resolverá en poco tiempo. Este verano veremos cortes a las industrias a pesar de la fuerte incorporación de equipos de autogeneración. También habrá aumentos tarifarios, que no podrán ser leves y comenzarán el mes próximo. Las minas sembradas no están sólo relacionadas con la economía, aunque las hay muchas de este tipo. La corrupción, como en el caso de la valija, y la agresión a las instituciones implican muchas tensiones cuyo afloramiento será tanto más probable y ostensible cuanto menos sostenible sea la pax económica.
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