Juan Carlos De Pablo sobre la crisis energética:
Digámoslo de frente: durante la década de 1990, cuando estábamos "a merced de la tiranía del mercado", nadie estaba preocupado por si iba a tener luz en su casa o en su fábrica, o si iba a tener combustible en la estación de servicio que le quedaba más cómodo cargar. Ahora que "hemos recuperado la dignidad, y que tenemos a ENARSA" vivimos todos bien preocupados. Los intervenciomaníacos deberían meditar sobre esta nueva manifestación de la lamentable intervención estatal en la provisión de mercaderías y servicios.
Para que haya suficiente energía y combustibles para abastecer los picos de demanda, tiene que tener sentido para los productores, trasmisores y distribuidores de energía, así como para los exploradores, explotadores, destiladores, transportistas y encargados de estaciones de servicio de petróleo y derivados. Como digo, esto lo sabe cualquiera que tenga sentido común, o haya tomado un curso introductorio de economía.
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