El pasado sábado paseé luego de muchos años, lustros incluso, por el querido Tigre, y en grata compañía.
El Tigre se encuentra muy bien cuidado, es un placer recorrerlo. El día fresco de verano y de radiante sol ayudó a componer una bella jornada. Por fortuna los ríos no estaban bajos y mi nariz no fue agredida.
Pasamos por el frente del Museo Naval. En su jardín exterior (sorry, no photos) un Skyhawk, un Panther y un Texan, más el puente agujereado del Aviso Sobral.
Luego llegamos al gran símbolo de la edad de oro de la Argentina, el Tigre Club, una especie de Titanic, que alberga hoy una colección de arte en la que predominan los temas ribereños. Muy bien cuidado, con empleados amables. El salón de baile asombra con su araña de 1,5 toneladas.
Luego nos dirigimos al puerto de frutos, con muy pocos frutos pero mucho mobiliario y artículos de decoración de elegante estilo.
En resumen, muy recomendable salida para el porteño y su familia.
Y un cierre para recordar bien adónde transcurre todo. Amen brother.
Qué lindo lugar, gracias por las fotos. Me encantaba ir a pasear por la zona.
ReplyDeleteEstas fotitos me animan a visitar Tigre!
ReplyDeleteElena
Elena, que sea un sábado a la mañana, porque los domingos por la tarde es un mar de gente.
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