Muy interesante paper en cuatro partes de Jorge Ávila sobre la apertura económica en general y el caso argentino en particular. No se pierdan la primera.
Si me preguntan a mí, yo creo que argentolandia es un caso perdido. Vamos a seguir oscilando entre tímidas aperturas a regañadientes y la cerrazón más absoluta:
Este post forma parte de una serie dedicada a la evaluación de algunas aperturas comerciales clásicas. Una férrea determinación nacional gobernó el caso chileno; el NAFTA jugó un papel decisivo en el caso mexicano; el rasgo distintivo del caso español fue su carácter supranacional y el del japonés, su carácter forzado. Ahora voy a tratar el caso argentino; me refiero, desde luego, a la apertura comercial argentina del siglo de XIX, ya que en el XX los esfuerzos de apertura fueron tentativos e inconsecuentes. Como esta investigación es más extensa que las otras, voy a dividir su publicación en cuatro posts. El primero contiene una introducción y la primera mitad de una breve historia comercial. El segundo, la segunda mitad de la historia comercial. El tercero, un listado de hechos que cimentaron una percepción de irreversibilidad del giro hacia el comercio y la inversión extranjera. El cuarto, un listado de indicadores de la confianza que inspiraba el país entre 1862 y 1929 y un relato del papel del nacionalismo cultural y de sucesos externos en el retorno al proteccionismo.
Luis, es entendible su opinión, dado los recurrentes "volantazos" en materia económica. Pero me extraña por un lado que afirmes como "caso perdido" la Argentina, porque si bien comparto tu pesimismo en ciertos (y muchos) aspectos, recuerdo que siempre creíste que "el cambio era posible".
ReplyDeleteNo sé, a lo mejor estoy equivocado. Igual hay que ver que pasa, porque mirá si en una de esas volvemos a la normalidad...
Andrés
Andrés, me alegro que hayas vuelto con los comentarios. El cambio siempre es posible pero creo que hay que empezar a entender que ésta es la verdadera Argentina.
ReplyDeleteSí, Luis, es verdad que esta es la Argentina verdadera. Pero esto no quiere decir que lo sea por siempre. Como he dicho varias veces, hay una especie de "tabla de salvación" que nos beneficiaría mucho, por no decirte muchísimo. Ya lo hemos analizado varias veces.
ReplyDeleteY respecto a la "verdadera Argentina", justo me acabo de acordar del artículo de Marcos Aguinis que hablaba de lo que era la verdadera Irlanda antes de que se desarrollara económicamente. Aguinis no hablaba de la "verdadera Irlanda", pero mucho de lo que pasaba antes en ese país me hace acordar mucho a otro país ubicado en el Cono Sur.
Andrés