Juan Carlos de Pablo sostiene que se puede dibujar al Indek, pero las decisiones son otra cosa:
El Gobierno actúa como si el precio internacional de la soja fuera a continuar subiendo, seguirá lloviendo en el lugar y momento adecuados, las retenciones a la exportación seguirán proveyendo gran cantidad de fondos extras, y el proceso económico podrá ser manejado con reuniones presidenciales destinadas a morigerar las apetencias y castigos puntuales a los díscolos.
A un Gobierno como éste ningún empresario y casi ningún dirigente sindical se le acercará para mostrarles las verdaderas implicancias de su accionar, y las enseñanzas de la historia. Por el contrario, los van a llenar de elogios, confundiéndolos… si es que les prestan atención a sus dichos para saber dónde estamos parados. ¿Y los economistas afines, quienes de corazón están entusiasmados con lo que ocurre en nuestro país a partir de 2002, estarán en privado advirtiéndole los riesgos?
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