A las cosas buenas nos acostumbramos, a las malas nos resignamos.
Uno de los efectos potencialmente peligrosos de vivir en un lugar como éste es el acostumbramiento, la tendencia natural a pensar que es lo más normal del mundo y que en todos los países se vive igual. Y creo que dar por sentado este estándar de vida es un error que puede costar caro.
La honestidad, el respeto por los demás y su propiedad, la consideración, la no búsqueda de sacar ventaja permanentemente hace posible que una sociedad pueda organizarse de una manera que permite acceder a una calidad de vida extraordinaria.
¿Cómo? ¿No es normal?
ReplyDeleteAh, pero y la solidaridad de los argentinos?
ReplyDelete