Feb 10, 2008

¿Se acuerdan de cuando nos horrorizábamos por estas cosas?

Lo digo yo por acá y ni me llevan el apunte. Lo dicen en Urgente24 y todo el mundo queda boquiabierto. Me tratan como carne de cogote:

Extraño el antimenemismo, el movimiento político-literario más homogéneo y afilado que he visto en mi vida. El antikirchnerismo, a su lado, es inorgánico, mal escrito, pedestre. Imaginemos, por ejemplo, el gaudeamus que habría sido para el antimenemismo el escándalo que en estos días tiene por protagonistas a una treintena de embajadores extranjeros, automovilistas famosos y funcionarios ministeriales intermedios. El antikirchnerismo, desmotivado y sin energía, no sabe qué hacer. Los antimenemistas habríamos escrito contratapas hermosas y punzantes, mezclando poesía y pesimismo, autoridad moral y nuestra patentada rabia solemne.

Como pensar en lo que "pudo haber sido" me produce un inmenso dolor, me conformo con simular que los últimos diez años no han pasado y, disfrazándome de, por nombrar a alguien con especial talento para el puchero político-cultural (dicho como un elogio), Sandra Russo, sueño con los párrafos que escribiría si todo esto fuera posible. Escribiría párrafos así:

Marcelo Tinelli, símbolo del chabacanerismo y la fiaca intelectual de la década kirchnerista, se ha comprado un Hummer, un vehículo monstruoso y arrogante con el que desde ahora pisoteará el asfalto de Buenos Aires y los suburbios privilegiados donde vive con su familia. Necesitó violar la ley para comprarlo, porque ninguno de los modelos disponibles el mercado local --autitos pequeños, sudacas, pusilánimes-- llenaban sus pulsiones de macho alfa y su necesidad de comunicar permanentemente el poder, económico y sexual, con el que ha sido bendecido en la Argentina del nuevo milenio.

Tinelli parece ignorar que el Hummer, la versión comercial del vehículo usado por las tropas norteamericanas en Irak, es un auto manchado de sangre: se paseará él, entonces, magnífico y comandante, por las avenidas porteñas, con el mismo desprecio por sus vecinos y semejantes con el que los soldaditos rubios del ejército de Estados Unidos, al timón de sus propios Hummers blindados, sometieron y vigilaron los barrios arrasados de Bagdad y Fallujah. Tinelli es nuestro George W. Bush: un hombrecito pequeño y temeroso que se cree grande porque mira todo desde arriba y está protegido por vidrios antibalas.

Podría seguir, pero me parece que la espiral de hipérbole y extrapolación arbitraria se me estaba yendo de las manos. La parodia, fuera de control, se transforma en autoparodia. But you get the idea. El antimenemismo nos permitía ser bellos y filosos, aunque no fuéramos precisos ni acertados, de una manera en la que ahora no podemos ni queremos ser. El antimenemismo consiguió ser un relato global; el antikirchnerismo todavía es muy finito.

7 comments:

  1. Es que el kirchnerismo es la ultra-corrección política argentina.

    Es demasiado difícil atacar aquello en lo que todo el mundo cree. Va contra natura. No es sólo que los medios "opositores" son pagados o amedrentados por el gobierno, eso sería una explicación incompleta y vacía.

    El tema es que pegarle al que privatiza YPF y envía naves al golfo es un imperativo.

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  2. Sandra Russo... jajajajaja !!!
    La parodia...perfecta.

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  3. La Gran Clase Media Progre argenta, de una profunda y, sobre todo, auténtica preocupación por la pobreza y la corrupción.

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  4. Lo mas triste de todo esto es que esas mismas "plumas antimenemistas", siguen entre nosotros, con la misma ideología que cuando criticaban a menem. Son hoy como entonces populistas, y por entonces eran algo así como "defraudados por el peronismo" del que esperaban revancha y populismo. Por eso se agarraron de la corrupción, que era lo más notorio, pero si leemos en detalle sus notas, lo que detestaban era el sistema económico que menem había implantado (y con el cual, a la sazón muchos de estos progres se hicieron ricos)

    Hoy tienen un gobierno revanchista que dice abiertamente lo que quieren oír, a saber, en lineas generales, que nuestros problemas se originan en los 90's, que la represión, que el estado debe ser dirigista, que los derechos humanos, que USA nos quiere arruinar, y etc bosta.

    No es que hayan desaparecido. Sucede que están, pero muy contentos con todo, entonces no tienen nada que decir. Y a los que tienen algo que decir los acomodan con un puestito.

    He aquí un indicador nefasto: Un periodísmo tétrico para una sociedad tétrica. Lo que nadie parece darse cuenta es estas cosas tienen fecha de vencimiento. La argentina me parece un buen ejemplo del Sci-Fi aplicado a la política:

    "No pasa... Hasta que pasa"

    TN

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  5. Tortita Negra, me alegro que estés de vuelta. Hace unos años decía esto:

    No podemos negar a esta altura de la turné que Kirchner es un presidente digno del argentino promedio. Es que tal vez sea el que más representa a esa clase media urbana, que se la da de sensible, progresista, sofisticada, con conciencia social; esa masa de argentinos venidos a menos, resentidos, reaccionarios, llenos de odios y rencores, que siempre pretendió cagar más arriba del culo, para los que las apariencias son todo. De ahí la alegría, el entusiasmo, el jolgorio de ¡por fin! sentirse representados por un presidente con Dignidad. Alguien que comparte las mismas bajezas y miserias.

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  6. Amén, Luis.

    Hay plata y el presidente (y ahora su cónyuge) dice todas las idioteces que podés escuchar en un remis o en una peluquería.

    ¡Dios es argentino!

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