Mar 2, 2008
Anoche me jugué y vi 30 Days of Night.
Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, me gustó ver una película que deje de lado el concepto del vampiro gay, tipo Interview with the Vampire y tantas otras mariconadas. Acá los mostros son de terror, máquinas de matar y comer, para nada sofisticados o sensibles.
Por otro lado, el film tiene tantas barrabasadas que desafían la lógica más elemental, aún con las licencias poéticas del caso. Un ejemplo de tantos: ¿en qué afecta al funcionamiento del aeropuerto que el sol no salga por 30 días, los aviones no operan de noche?
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Para ver malos destruídos, el miércoles voy a ver Rambo.
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