En fin, no suele haber peor fundamentalista que un converso.
D’Elía, al igual que los Kirchner, de chupaculo indisimulado de Menem y Cavallo a abanderado del progresismo vernáculo:
Suele decirse que pocos dirigentes políticos pueden resistir la contundencia de un archivo. Y Luis Ángel D’Elía no escapa a la regla. El 7 de abril de 1994, el actual archienemigo de los ricos, los blancos, la clase media y los “nefastos 90” le escribía al entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, para felicitarlo por “el fenomenal ordenamiento de la economía”. Firmó la carta junto al titular de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete, con quien hoy está enfrentado. Alderete no se hizo kirchnerista.
Y cuidate que no se de vuelta otra vez.
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