Mar 15, 2008

Judeofóbia

Aunque esto abre el tema del "antisemitismo," mi experiencia me ha enseñado que cuando se parte por criticar demasiado a Israel, se sigue con la crítica irracional, para pasar luego a encontrar cosas buenas en el programa de los nazis, para finalmente llegar a que, en realidad, los pobres tipos fueron incomprendidos y no eran tan malos. Me ha tocado ver toda la transición en el transcurso de tres cervezas con un interlocutor chileno, educado, y al que habrían sacado a patadas de cualquier club de Pretoria en la época del apartheid por ser demasiado oscuro.

La "raza superior" que se inventó y creyó el concepto creado a tropezones por Nietzsche y luego continuado por el camino más perverso por Schmidt, Junger, Spengler, Heidegger y, de manera mucho más burda e ignorante por Rosemberg, Streicher, Goebbels y, por supuesto, por don Schicklgruber, supo, en su momento, buscar ayuda de quienes no cumplían con todos los requisitos de pureza. Así, musulmanes bosnios y belgas sospechosamente morenos y de pelo bien tieso sirvieron en la SS internacional. La División Azul de Franco que peleó en Rusia no estaba compuesta de puros rubios hispanos porque los rubios españoles no abundan. Sin embargo, no deja de ser chocante hallar tanto seguidor de una ideología criminal y racista en sudamérica. Un paseíto por youtube les va a mostrar que los judeófobos argentinos no están solos: Chile aporta lo suyo y hasta Perú, aunque parezca broma.

Ya que el nazismo tiene raíces populistas antidemocráticas profundas, no es una sorpresa que sudamérica provea adeptos al movimiento. Lo que en verdad sorprende es que tanto mestizo simplemente se salte los capítulos antipáticos del racismo más abyecto de los nazis y decida "éstos son los míos."

Es fascinante leer sobre la "derecha comunista" alemana que creó al NSDAP, el rebote del país entre los rojos más extremos y los pardos, los intelectuales echándole gasolina al fuego, y la democracia débil, herida, vacilante, sin amigos ni aliados con valor, asfixiada entre la izquierda y la derecha mientras el pueblo alemán la dejó morir sin pena ni gloria.

Y ahora que el comunismo no brilla como antes, muchos tarados creen que la respuesta es el populismo antidemocrático y juedeófobo que ya provocó una guerra mundial. Así seguimos cosechando triunfos en sudamérica, siendo cada día más importantes para el planeta.

Sergio

4 comments:

  1. Me gusto mucho este articulo de Sergio... gracias!

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  2. Muy de acuerdo, salvo por la inclusión de Junger. ¿Antisemita?, ¿nazi? Cierto belicismo de su juventud no justifica tales calificativos. Siendo un adolescente se fugó a la Legión Extranjera; luego sobrevivió a las dos guerras mundiales (en la primera, como soldado, recibió la máxima condecoración; en la segunda perdió a su hijo menor y casi todas sus posesiones), vivió 102 años de increíble lucidez, escribiendo hasta el último día, y nos legó un testimonio que vale la pena leer. A nuestro juicio, el núcleo de su pensamiento puede hallarse en "La emboscadura". Los amantes de la ficción (parcialmente autobiográfica) no se pierdan "Juegos africanos". Sus magníficos diarios de guerra ya son un clásico.

    Mariana y Marcelo

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  3. Con respecto a "Judeofobia:"
    Mariana y Marcelo, Ernst Junger merece estar incluído en la lista. Aunque jamás ingresó al partido nazi (Rauschning escribió que Hitler había autorizado a Goebbels reclutar a Junger, pero que Junger consideraba a los nazis demasiado plebeyos como para él-- Herf, 107), Junger estaba demasiado implicado en el NSDAP como para criticar lo que había ayudado tan eficientemente a crear. Sí se retiró de la política después de 1933, pero su legado no puede ser sólo "La Emboscadura" o "Juegos Africanos."

    Vamos por partes. Junger publicó TORMENTA DE ACERO (STAHLGEWITTEN) en 1920, donde exalta las matanzas, los huracanes de fuego, la destrucción de casas, las explosiones, y lo ligó todo al ideal de la nobleza del guerrero. La seguridad de la burguesía se destroza en la guerra y para Junger eso era indudablemente positivo (Herf).

    En 1922 publica LA BATALLA COMO EXPERIENCIA INTERNA (DER KAMPF ALS INNERES ERLEBNIS), de donde sale esta perlita: "La guerra es el padre de todas las cosas... y nuestro padre también." (Herf)

    En 1926 publica FUEGO Y SANGRE (FEUER UND BLUT) donde la máquina y el hombre se reconcilian en una relación simbiótica, casi erótica, y la sangre de los soldados corre por los ejes de las armas, haciéndolas funcionar (Herf)

    Así, Junger se acerca a lo que serán sus trabajos más importantes.

    En 1930 publica el ensayo "Mobilización total" ("Die totale Mobilmachung") donde, entre otras cosas, la paz sólo significa preparaciones absolutas para la próxima guerra. Este ensayo es un borrador de la tesis de su próximo volumen (Wolin).

    En 1932 publica EL TRABAJADOR (DER ARBEITER): sólo un estado totalitario es el apropiado para enfrentar la era de guerra total. El trabajador es un soldado del estado y debe estar al 100% de disposición activa para los fines que el estado decida (Wolin).

    Schmitt (a quien le escribí mal el apellido en el primer comentario) concuerda con Junger en casi todo, principalmente en que Alemania necesita un "Estado total" para triunfar en el mundo y en las próximas guerras. Ni Schmitt mi Junger tenían dudas de que Alemania estaría envuelta en guerras y no todas iban a ser, ni debían ser, defensivas. Ambos pensadores, uno nazi activo, el otro "simpatizante influyente" concordaban en demasiados puntos.

    No incluí a Junger en la lista de judeófobos como Goebbels o Hitler porque no merece estar en esa lista. Pero sus compinches son los que lo acompañan en mi comentario original: la extrema derecha revolucionaria alemana que despreciaba la democracia y al mundo occidental. Incluso después de la guerra Junger se las arregló para continuar criticando, menos explosivamente que antes, al "americanismo" que él consideraba rebajado, cosmopolita, demasiado amante del dinero. No hay que ser un genio para saber que cosmopolitanismo y avaricia fueron, y son, dos de los pecados que judeófobos le atribuyen a los judíos más que a nadie. También después de la guerra, Junger acusó a Occidente de ser el proveedeor de un nihilismo tecnológico globalizado (Rabinach).

    Si vamos a creer que Junger no era anti-judío, tenemos que creer que por 13 años Alemania fue secuestrada por una camarilla de gorilas racistas, no más de cinco mil, y que 80 millones se dejaron embaucar en la farsa. Como cuentan los soldados estadounidenses que sirvieron en Europa, cada vez que llegaban a un pueblo austríaco o alemán los locales salían con el cuento de que "Aquí estamos sólo los anti-nazis. Nosotros no sabíamos. Jamás participamos."

    Junger no escribió tratados judeófobos como otros intelectuales alemanes. No fue miembro del NSDAP como Heidegger. Pero sus trabajos sirvieron a un régimen criminal y virulentamente anti-judío. Si él alguna vez sintió que estaban tergiversando sus obras o aprovechándolas para sus propios fines racistas (con los que él no estaría de acuerdo) pudo haber protestado. Claro, estaba el ejemplo de Edgar Jung, que alegó en 1932 que habían sido los revolucionarios conservadores los que habían creado las presuposiciones espirituales de la "revolución alemana" (eufemismo para denominar al movimiento nazi); en la Noche de los Cuchillos Largos los nazis asesinaron a Jung. Pero Junger pudo haber salido de Alemania para protestar, como lo hizo Karl Popper. Pero, por supuesto, ambos hombres no merecen comparación. Popper defendió la democracia y el libre intercambio de ideas toda su vida. Junger, bueno, Junger escribió mucho, pero lo que he listado es representativo. Los judeófobos no consiguieron destruir medio planeta porque se aliaron sólo con judeófobos; recibieron mucha ayuda de gente que debió actuar diferentemente y no lo hizo, gente que, sin odiar a los judíos, colaboró inmensamente con sus enemigos más cobardes e implacables. Si Junger no era un judeófobo, tuvo una extraña manera de demostrarlo.

    Obras citadas:

    Herf, Jeffrey. REACTI0NARY MODERNISM (MODERNISMO REACCIONARIO) Cambridge University Press, Cambridge, 1984.

    Rabinbach, Anson. IN THE SHADOW OF CATASTROPHE (EN LA SOMBRA DE LA CATASTROFE) University of California Press, Berkeley, 1997.

    Wolin, Richard THE POLITICS OF BEING: THE POLITICAL THOUGHT OF MARTIN HEIDEGGER (LA POLITICA DEL SER: EL PENSAMIENTO POLITICO DE MARTIN HEIDEGGER) Columbia University Press, New York, 1990.


    Mencionada solamente:

    Raushning, Hermann. HITLER SPEAKS. London, 1939.


    Sergio

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  4. La alemania de entreguerras tiene mucho en común con América Latina y con el mundo árabe actuales.

    Y es la herida en el orgullo. Los alemanes con la derrota en la Primera Guerra, las sanciones de Versalles y la pobreza.

    América Latina y el Mundo Árabe con sus desastrosos programas nacionalistas populistas y la pobreza.

    Todos buscaron chivos expiatorios para no aceptar los defectos propios.

    Los alemanes, a través de los nazis, hallaron a los judíos, al capitalismo y a los "traidores de noviembre", sin los cuales supuestamente la Primera Guerra la ganaban.

    El Mundo Árabe tiene a Israel y a su aliado EE.UU.

    Y nosotros tenemos a los EE.UU. que supuestamente nos explota y nos maneja por medio de cipayos para que nunca seamos el rival que podríamos ser.

    Estos tres ejemplos odian u odiaron a todo lo anglosajón, a la democracia, a la libertad y a los judíos. Odian de los judíos, más que nada, la visión cosmopolita, en la que ven oscuras conspiraciones de dominio mundial.

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