Más sobre el suicidio asistido y el derecho a morir.
Un tribunal francés rechazó el derecho a morir de una mujer de 52 años que sufre de un cáncer terminal que la dejó desfigurada.
Insisto, ¿tiene el estado derecho a meterse en estas cuestiones? ¿A quién pertenecen nuestras vidas?
Vieron que Kervokian o como se escriba esta de candidato a legislador por no se que estado? ("precision in the information" is my middle name)
ReplyDeleteAl creador, dirán los que piensan que son semidioses que cuentan con el derecho de determinar que tiene uno que hacer con su propia vida.
ReplyDeleteA mucha gente le sobra el tiempo.
El problema es abrir la caja de pandora y que otro decida por vos... como la chica esa en Alemania el año pasado que mataba viejitos en el geriátrico (como ves Cogito estoy igual de "precisa" para dar datos jajajaja) Vanalizar el origen y el final de la vida es un arma de doble filo... no puede hacerse un cambio sin alterar algun punto delicado...
ReplyDeletePor otro lado en los hospitales a veces no te dejan morirte de causas naturales y te mantienen artificialmente con vida mientras les de la gana y la plata... un manoseo de la vida del enfermo a merced de los caprichos humanos...
Es taaaaan complicado este tema.. como todos los de bioetica...
Para mí es sencillo: mi vida es mía, y la de los demás será de ellos.
ReplyDeleteLa 'bioética' es un basurero de políticas cambiantes, pero yo soy yo, mi vida es exclusivamente mía, y no me jodan con intromisiones absurdas.
Sí, es un tema complicado.
ReplyDeletePero, finalmente, una persona tiene que tener derecho a decidir qué hacer con su vida, que es suya y de nadie más y eso es lo que no te dejan en Francia.
Ya no lo hacen por protegerte en un mal momento sino por negarte que sos dueño de tu vida.
como siempre , voy a discrepar,es un tema muy complicado, con demasiadas aristas, pero si tu vida es tuya, si vos podes hacer lo que quieras, para que necesitas la "bendicion " del estado? , pegate un tiro y listo.
ReplyDeletewilliam wallace
Raquel :llevando el caso de mi vida es mia al extremo , porque tengo que usar casco andando en moto, o cinturon de seguridad en el auto, o equipo de proteccion laboral , mi vida es mia y si me pasa algo me jodo yo solo.
ReplyDeleteWilliam Wallace
Si tu vida es tuya, si vos podés hacer lo que quieras con ella, entonces es legítimo que le pidas ayuda a un tercero para pegarte ese tiro. El tema es que hoy por hoy el estado castiga a ese tercero. Ergo, tu vida no es tuya, sino que es del Estado. Ese es el punto en discusión.
ReplyDeleteMucho llamarse William Wallace, paladín de la libertad, pero tus comentarios muestran la hilacha de una mentalidad casi de esclavo.
ReplyDeleteDa la impresión de que estás satisfecho con que tu vida no sea tuya y de que un Papi Estatal omnisciente te esté diciendo lo que tenés que hacer o dejar de hacer.
Bueno, yo no.
El Estado es Otras Personas Diciendote lo que Tenés que Hacer, es tan simple como eso. Y yo quiero el mínimo posible (para garantizar seguridad, en el sentido amplio de que todos los intercambios de la sociedad sean voluntarios). Quiero al Estado fuera de mi vida en todas las otras esferas de la existencia. You may say I'm a dreamer but i'm not the only one.
Y vos, que Estado querés, WW ?(algo que ver con Doble Doble V) ??
WW: mala tu analogía (una vez más). La ley del cinturon y el casco tienen como fundamento proteger el bolsillo del fisco, no la vida del conductor o el pasajero. Y aún así, estoy en desacuerdo con esas normas también.
ReplyDeletede que fisco hablas ramiro? , juro que no entiendo.
ReplyDeletepara mi el fisco es estatal.y un accidente entre privados se resuelve entre los privados y sus aseguradoras, privadas tambien.ahora si vos me queres decir que en una sociedad de virtuosos , los lobbys de aseguradoras tienen tanto poder como para obligar al estado que sancione leyes que le minimizen los riesgos , ok, ahi entendì
william wallace
Mel, ¿De qué hablas? Te preguntas y contestas solo. Tal vez deberías organizar un poco más tus ideas antes de comentar.
ReplyDeleteNo, el accidente en la calle en muchas oportunidades implica costos altos para el sistema de salud estatal.
ReplyDeleteEso sin contar los impuestos que no pagará el muerto. Aunque si es empleado público, jubilado o receptor de plan trabajar, el negocio cierra para el estado.
que mal que castiguen a ese tercero!!! yo que estoy con esta depresion y quiero que alguien me mate, quien se ofrece?
ReplyDeleteNo hace falta la aclaración, WW. Veo que no entendés. Por ello, te explico:
ReplyDeleteHay dos tipos de conductores en una ruta: los que tienen seguro y los que no. Cuando ocurre un accidente, la ambulancia no baja una camilla solamente para el que está cubierto por un seguro. Cuando llegás al hospital, no te preguntan si tenés seguro o no mientras te ponen un respirador. Camilla más recorrido en ambulancia al hospital más respirador más rayos X más diagnóstico: $15.500. Ahí te preguntan si tenés o no seguro. En caso afirmativo, la aseguradora paga. Si no hay seguro que cubre el accidente, y las partes no son suficientemente solventes... quién queda con la cuenta, mi querido WW?
El fisco.
Si querés te explico que es el fisco, también. Pero parece que esa parte si entendés, no?
Anónimo, hacete cargo y matate.
ReplyDelete¿por qué el hecho que una diga que su vida es propia tiene que ser una idea asociada con la muerte o el suicidio?
ReplyDeleteYo puedo ser todo lo que quiera dueña de mi vida, pero el punto es si soy o no dueña de mi muerte.
Y parece que no.
No me arrebataron la vida, sino la muerte.
muy buen post
ReplyDeleteRaquel
vos podes ser dueña de tu muerte, ¿quien te lo impide? el punto es porque necesitas involucrar a un otro.
raul desde cordoba
No entiendo.
ReplyDeleteSi 'el otro' se involucra voluntariamente: ¿cuál es el tema?
El punto es la libertad y la autodeterminación sobre nuestra vida y obviamente sobre nuestra muerte.
Todo lo demás es anecdótico, sólo arrebatos de los totalitarismos.
y como lo certificas raquel, digo el acuerdo vountario para que yo te mate. o hacemos un tribunal especial del estado para que verifique el real consentimiento.
ReplyDeletesino varios asesinatos van a pasar por ahi
Raul
Raúl, por supuesto que el consentimiento real tiene que estar demostrado, esa sí es la función del estado, evitar homicidos.
ReplyDeletePero en el caso este de Francia la mujer manifiesta su clara voluntad de que la maten y no la dejan, esto es, no despenalizan su homicidio.
¿tribunal especial del estado?
ReplyDeleteEso es demasiado para mí.
Si seguimos así para poder ir al baño vamos a tener que llenar un formulario y pedirle permiso a los bandidos de turno.
Yo me quede pensando y les tiro una pregunta para el analisis y el debate...
ReplyDeleteNinguno de nosotros ha tenido ninguna injerencia en el inicio de la propia vida...
Nos consideramos muy dueños de nuestras vidas cuando en realidad nos ha sido dada sin haber tenido que probar ningun mérito y sin consultarnos en nada (ni el cómo, ni el cuándo, ni el dónde...)
Por quién y para qué nos fue dada son preguntas que cada cual se responde como quiere y puede...
Pero mi pregunta es: si el origen de nuestras vidas no nos pertenece, en qué momento y cómo adquirimos derechos sobre su terminación?
Dolores, si nuestra propia vida no nos pertenece a nosotros mismos, ¿a quién le pertenece? ¿A nuestras madres, padres, patria potestad compartida?
ReplyDeleteDolores, como dice Louis, entonces a quién le pertenece?
ReplyDeleteCaballeros, mi pregunta no era una pregunta retorica, una excusa para conocer que piensan uds y despues desplegar mis argumentos.. es una pregunta genuina... Yo tengo la sensacion (fenomenologica) de que mi vida me pertenece y hago con ella lo que quiero dentro de lo que puedo (en sentido de posibilidad y no de deber)...
ReplyDeleteNo se a quien le pertenece... simplemente se que yo no la gane... ni la busque... ni tuve voz ni voto en la vida que "me toco"... Tambien se que mis acciones libres son meritorias..
Ahora amigos blogueros: han esquivado la pregunta central.. si no nos pertenece el origen, cuando adquirimos derechos posesirios sobre la terminacion... no cuestiono lo que hacemos en el medio.. sino que cuestiono si el final de nuestra vida es nuestro o de quien (quien sea) origino nuestro ser... la nada? la vida? Dios? el caos?
La vida me han prestao
ReplyDeleteY tengo que devolverla
Cuando el Creador
Me llame para la entrega
¡Que mis huesos, piel y sal
Abonen mi suelo natal!
Hablando en serio, Dolores, yo creo que es como con las otras facultades de las personas. Un niño permanece bajo la tutela de sus padres hasta que alcanza la mayoría de edad. Lo mismo con la vida. Si somos dueños de nuestro cuerpo, ergo, somos dueños de nuestra vida.
ReplyDeleteLa vida es un misterio. No sabemos sobre el antes. Tampoco sabemos nada acerca del después. Hay diversas teorías sobre el tema, pero están basadas en la fé y no en la razón.
ReplyDeleteLo que me parece claro es que en ese período justo despúes del comienzo, las decisiones importantes les pertenece a los padres. Y que una vez que esa persona puede decidir por sí misma, esas decisiones pasan a ellas mismas. Hasta el final. Decido sobre lo que me pertenece, y mi vida me pertenece a mí más que a ninguna otra persona.
No parece esto lógico?
Tiene razón Dolores.
ReplyDeleteLa idea de que la vida nos pertenece no es nada más que una convención.
Por ejemplo, también podríamos considerar que la vida es propiedad de los padres o hasta de la sociedad.
De todas formas, recuerdo que el bueno de Rousseau escribió que la propiedad privada empezó el día que alguno cercó un terreno con estacas, dijo "esto es mío", y todos lo creímos.
Siempre me causó risa esta afirmación.
Para desentrañar los orígenes de la propiedad sólo hace falta ir a sacarle un juguete a un perro, o un pedazo de carne de pterodáctilo a un dinosaurio.
Seguro que muchos filósofos han escrito sobre esto, pero no los he leído. Podemos basarnos en la fuerza, nacemos por completo dependientes de nuestros padres y la naturaleza los ha hecho amarnos. Luego nuestra fuerza y capacidades nos hace independientes y la de nuestros padres decrece.
Es natural que seamos algo semejante a la propiedad de nuestros padres de niños y luego seamos dueños de nosotros mismos.