Michelle Bachelet, la Kristina chilena, cumple dos años en el gobierno.
Por lo que vengo leyendo, el balance no es muy bueno. Creo que se trata de los últimos estertores de la colación de izquierda que gobierna el país desde la vuelta a la democracia.
Me hace gracia el titulado de Perfil:
La presidenta chilena está en problemas pese a las reformas sociales que impuso.
No está en problemas "pese" a las reformas, está en problemas en gran medida "debido" a ellas.
Precisamente debido a esas reformas es que Bachelet está en problemas, Luis, y a lo incompetente de su gestión. Partió con esas típicas ideas que suenan bien para una parte de la tribuna, como que el gabinete debía ser mitad exacta de mujeres, eficiencia y preparación aparentemente no importaron y el resultado era predecible. También heredó pasteles del presidente anterior (Lagos), como el nefasto Transantiago, diseñado por gente que en su perra vida ha usado una micro o la combinacón metro-bus: en el mapa lucía bonito y eficiente; en la vida real, tras un año de mal funcionar, sigue haciendo sufrir a los usuarios que no poseen auto propio (la mayoría de los santiaguinos).
ReplyDeletePERO, por favor, me veo en la obligación de defender a doña Michele, que llegó al puesto por méritos propios y no con el dedazo del marido, y la que seguramente, si se encuentra por ahí con un libro como "Grundlinien der Philosophie des Rechts" va a saber que es de Hegel (Elementos de la filosofía del derecho), va a poder leerlo en el original, y va a poder entender al menos parte del mamotreto (en mi caso las respuestas son Sí, no, y no). Y, como buena marxista instruída en Alemania Oriental, no se va a sorprender de conectar la filosofía de Platón con la de Hegel y con la de Marx. Además, sabemos que sí fue a la universidad, sí se graduó y sí ejerció como pediatra.
He dicho antes en este blog que no se puede comparar a un paisito como Chile con la superpotencia del futuro que es la Argentina. Pero en una que otra cosa aún marchamos adelante, aunque sea por poquito y muy humildemente, y doña M.B. tiene sus méritos. Además, la hegeliana de ustedes es verdaderamente incomparable.
Sergio