Roberto Cachanosky considera que el gobierno se ha metido en un callejón sin salida. No importa, la semana que viene inventan algo para distraer a la perrada y listo:
A medida que van pasando las semanas, y a pesar del enorme esfuerzo que se hace para transmitir que la economía marcha bien y no hay complicaciones serias a la vista, cada vez es más evidente que el Gobierno está atrapado sin salida en su política económica.
La apuesta a la reactivación vía la expansión monetaria ha llegado al tope de sus posibilidades. La inflación se ha desbordado, literalmente, porque la demanda de moneda ya no aumenta: cada peso que emite el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se va a los precios. Como el BCRA defiende el valor del dólar en vez del valor del peso, tiene que cobrar el impuesto inflacionario para defender la divisa estadounidense. Sin embargo, ese impuesto inflacionario ha licuado el tipo de cambio real, al punto de que algunos sectores empresariales comienzan a reclamar un dólar aún más alto. La gran pregunta es: ¿cómo?
Lo peor de todo no son los K, sino la certidumbre de que aunque se hicieren las cosas en serio o más o menos tras el próximo fracaso, nada nos previene de otra Gran Duhalde.
ReplyDeleteYa nada garantiza por décadas la llegada de inversiones de riesgo a largo plazo.
Dicen por ahi... que los muchachos de la UIA estan tramando / lobbeando para otra devaluta.
ReplyDelete¿Conocerán el refran "chiste repetido sale podrido" ?
s2
Víctor, por lo que leo, hace bastante que los Grandes Empresarios de la UIA hacen lobby por una nueva devaluación. Con este tipo de cambio real, el “modelito" ya no les cierra. Ya presentaron varios “papers” de economistas y técnicos afines que “demostrarían” que los beneficios serían mayores que los costos. En ese sentido se da la vuelta de Mendicurren.
ReplyDeletePor lo que me comentaron, los Kirchner, como con tantos otros temas, no tienen la más pálida idea pero, con razón, tienen terror de que una nueva devaluación se traslade inmediatamente a precios. Es el único motivo por el que (todavía) no se hace.