Muy interesante diagnóstico de la Argentina kirchnerista, que no es otra cosa que la manifestación cabal del país que anhela una parte (¿mayoritaria?) considerable de la sociedad.
Cada vez me convenzo más de que esta Argentina es hija del odio, del rencor, del resentimiento, del revanchismo:
Lo que sucede es que el kirchnerismo no está preparado psicológicamente para afrontar una situación de “confrontación no, negociación sí”. El kirchnerismo continúa inmerso en aquella cultura política setentista donde no cabía resolver los problemas de otra manera que por medio de la violencia, para lo cual era necesario identificar al enemigo a fin de agredirlo. Por eso la señora habló cuatro veces públicamente en una semana y en cada discurso debía modificar el tono del anterior porque nunca acertaba a decir algo apropiado. En la intimidad de su corazón, los dirigentes kirchneristas sienten que un conflicto pacífico es un hecho absurdo porque están mentalizados para el enfrentamiento violento. Esa es también la razón por la cual no pueden dejar atrás y dar por terminadas todas las cuestiones que tienen que ver con la actuación del gobierno militar en relación al enfrentamiento con las organizaciones terroristas. Para el kirchnerismo aquella era la verdadera política y la democracia es una sinrazón.
Son anarquistas en realidad. Pero del peor tipo, los que piden anarquía cuando son los más fuertes para poder abusar de esa fuerza, pero cuando pierden la manija corren a protegerse tras el orden institucional ya que como la mayoría de los malparidos estan absolutamente convencidos de que los demás son iguales o peores que ellos. En una sociedad de verdad, hay adversarios políticos. Aca hay enemigos, son conceptos muy diferentes.
ReplyDelete