Y a nadie se le mueve un pelo. Carlos Pagni en La Nación.
Insisto, ¿es posible que no les importe incendiar al país con tal de mantenerse en el poder?:
Una de las desviaciones más lamentables del sistema político argentino es la frecuencia con que sus principales actores reclamaron para sí la representación de toda la sociedad. Hipólito Yrigoyen decía en 1916 que "la UCR es la Nación misma y, por serlo, caben dentro de ella todos los que luchan por elevados ideales". Juan Domingo Perón entendió a su movimiento como la "Comunidad Organizada", de la que sólo "los vendepatria" quedaban excluidos. Raúl Alfonsín, menos pretencioso, quiso encabezar un "Tercer Movimiento Histórico" descendiente de aquellos dos experimentos anteriores.
Sin embargo, donde esta concepción se mostró con más nitidez fue en los gobiernos militares. En aventuras autoritarias como la de 1976, evocada ayer por la Presidenta. Siempre que tomaron el poder, las Fuerzas Armadas, concibiéndose a sí mismas como consustanciales con la Patria, proclamaron que lo hacían en defensa de la democracia, de la Constitución y de un estilo de vida.
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