Mis empresas

El mercantilismo al palo.

Ricardo Esteves, “empresario” y consultor, nos explica por qué se venden “nuestras” empresas.

Iluminado por su sapiencia empresarial y consultiva, Richard está convencido de que, como en el caso del robo del agua, se trata de un problema gravísimo y de que “algo hay que hacer”. Por supuesto, el que tiene que hacer es el estado argentino y los que se tienen que poner, como siempre, son los contribuyentes y consumidores argentinos.
Yo insisto, sigo sin entender que tenía de “nuestra” una empresa como YPF, la pública o la privada, Quilmes o La Salamandra, la fábrica de dulce de leche que solía tener Mister Devalueta-y-Confiscación (para los demás) González Fraga.

Las cosas son de sus dueños, no de los países donde están radicadas. ¿Una fábrica de salchichas de capitales mayoritariamente brasileros radicada en la provincia de Santa Fe, que produce, contrata personal, paga impuesto y compra insumos en esa provincia es más o menos “nuestra” que una fábrica de cemento de dueños mayoritariamente argentinos radicada en Venezuela?

¿Por qué a pesar de haber sido desmentido una y otra vez por la realidad seguimos con esa tara nacionalista, circa 1950, de que los ”empresarios” argentinos trabajan por el país y los demás vienen a saquearlo? ¿Quiénes son los primeros en sacar la plata al primer problema? ¿Quiénes son los últimos en traerla de vuelta? ¿Quiénes son los primeros en pedir prebendas para cobrar precios exorbitantes por productos de pésima calidad, los primeros en evadir impuestos, en no cumplir con las leyes laborales?

Si no me creen, no tienen más que leer sobre los muchachos de la UIA.