El jueves por la tarde fui a la estación Once a un acto en contra del “tren bala”. Era una hora pico. Se armó un escenario en el hall central, mucho ruido y ver cómo se viaja en estos momentos en nuestro bendito país, con la pasividad de la gente.
Ver la gente haciendo colas para reclamar un comprobante de "llegada tarde" de los trenes para presentar en su trabajo es de todos los días. La gente está resignada, ya es normal viajar en forma "condicional", o sea que salís de tú casa y no sabés cuando llegás a destino.
En el acto estuvieron entre otros gremialistas de FFCC, Vilma Ripoll, Pino Solanas, que llegaron a recorrer un par de estaciones y explicar lo inexplicable.
El Gran Alberto
Increíble, el corrimiento hacia la izquierda es tan brutal que el país se ha quedado sin alternativa racional.
ReplyDeleteComo antes de la privatización, que tomabas el tren cuando podías llegar tarde pero no te atrevías a tomarlo cuando tenías que cumplir un horario.
ReplyDeleteVilma Ripoll, gran valor!
ReplyDeleteSon agentes británicos, ¡no están las Falklands en el mapita!
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