May 11, 2008

Juan Carlos de Pablo trata de contestar una de las grandes preguntas que se hace mi madre sobre política argentina, por qué insistimos con conductas destructivas. Porque no podemos con el genio:

Los estilos se llevan en la sangre, es decir, responden a razones muy profundas, casi inmodificables. En el caso de Néstor Kirchner a partir de 2003 sonreí cada vez que escuché que abandonaría el denominado "estilo K" luego de su primer viaje al exterior, en cuanto volviera de las vacaciones, en cuanto saliera del hospital de Río Gallegos, en cuanto ganara las elecciones, etc.

Menos aún se cambian los estilos, cuando no importa lo que le parezca a los demás, con el referido estilo quien lo utiliza consiguió cosas que le importaban. Si con el estilo NK ganó la intendencia de Río Gallegos, más de una vez la gobernación de Santa Cruz, la elección presidencial de 2003, la elección presidencial de 2007 (por más que él no fuera el candidato), la elección legislativa de medio período, etc.; reactivó la economía y redujo la tasa de desocupación (no importa que con la ayuda de increíbles condiciones internacionales y agotando stocks); si con un estilo que muchos deploran logró todo esto; ¿por qué habría de cambiarlo?

1 comment:

  1. Y sí, si te fue toda la vida fantásticamente bien haciendo las cosas mal, no vas a cambiar justo ahora.

    Va a ser interesante de ver, más para los que viven afuera que no lo van a sufrir.

    No quiero golpe, no quiero renuncia. Quiero que Kristina termine el mandato con el "modelo" destruido. Quizás esta sea la única oportunidad de algún tipo de cambio en este país, aunque lo dudo.

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