Agustín Monteverde explica bien clarito, para que lo entienda hasta el último pajarito ondeado, las alternativas de corto plazo del "modelo" duhaldista – kirchnerista:
Hoy, la inflación cabalga 30%, tornando inmateriales la suba de los salarios nominales y tritura el tipo de cambio real. A este ritmo, un dólar de $ 3,25 equivaldría a tan sólo $ 2,50 de apenas un año atrás. En esas circunstancias queda claro que el modelo actual naufraga sin remedio: el superávit comercial montado sobre la frágil ventaja cambiaria y los ingresos públicos derivados del comercio exterior serían las víctimas primeras de la apreciación del peso. No sólo los sectores más competitivos gravados con altísimas retenciones móviles sino las más ineficientes industrias sustitutivas serían ahogados por la tenaza mortal de una carga tributaria sin mesura y un tipo de cambio real enano. De no mediar una improbable política de shock, aun si se tomaran ya mismo medidas acertadas para poner bajo control la inflación, ésta no se detendrá de un día para otro.
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