Marianito es mortal. Después de varios años de cantarle loas, ahora nos explica que el “modelo” que aplicó la Argentina durante los últimos 60 está agotado.
Hay que dejar en el pasado el proteccionismo industrial y dedicarnos a las actividades en las que somos competitivos.
¿Cuál fue la única excepción en esos 60 años? Los Odiados 90, cuando estábamos mal:
Durante sesenta años, la Argentina ha sostenido un modelo de clausura industrial. Como el proceso de industrialización que inauguró Perón en 1945 promovió la radicación industrial masiva sin distinguir entre las industrias que tenían posibilidades competitivas y las que no las tenían, a resultas de este proceso, al que se le sumó el crecimiento igualmente masivo de la burocracia estatal, la única manera de sostener el modelo fue subsidiar los bajos salarios que él podía pagar echando mano a los abundantes recursos que generaba la altísima competitividad de la producción agropecuaria. Durante sesenta años, en suma, la consigna fue ordeñar la vaca rural. La industrialización masiva también dio lugar al crecimiento caótico de los suburbios de las grandes ciudades, donde hoy viven en condiciones humillantes millones de argentinos.
Este es el modelo que hoy agoniza en la Argentina. Dentro de él se montó la inmensa red clientelística que cosecha los votos cautivos de los ciudadanos de la periferia alimentados apenas por los envíos del campo en medio de la creciente inflación, quienes aún conforman el núcleo del voto oficialista.
Es interesante el centralismo en Latinoamérica.
ReplyDeleteVarias de las ciudades más grandes del mundo están en nuestro "subcontinente": México, San Pablo, Río, Buenos Aires, Caracas, Lima y Santiago.
Son un reflejo del modelo industrialista e intervencionista de sustitución de importaciones, híper centralista, unitario a morir. Las segundas y terceras ciudades de cada país (salvo Brasil por lo grande que es) nunca terminan de ser pequeños satélites.
Por ello ahora el tema de las retenciones es Buenos Aires vs. interior.
El "modelo productivo" ha conducido a millones al Gran Buenos Aires en busca de trabajos en industrias que nunca fueron y, mucho peor, nunca serán competitivas.
El gran momento de las commodities, en un país más o menos razonable, podría haber generado una industria genuina y competitiva en las ciudades del interior y producir una migración desde Buenos Aires a, por ejemplo, Córdoba, Rosario y Mendoza.
Pero decidimos hacer zapatillas, bicicletas, juguetes y remeras y para ello, ¿qué mejor que las retenciones móviles (hacia arriba)?