May 19, 2008

Rosenwasser se encontró con el Gauchito Arrostito, un pariente lejano productor rural. Un oligarca de aquellos.

Rosenwasser no pega una. El único pariente con alguna posibilidad de ser millonario y el muchacho, en lugar de la soja, se dedica a la fruticultura. Me cuenta que tiene unas 200 hectáreas en el límite entre Santa Fe y Buenos Aires. Entre los campos, instalaciones y maquinarias tiene un patrimonio de unos dos millones de dólares, sin deudas.

El Gauchito se levanta todos los días a las cinco de la mañana para salir a buscar al sindicato a los muchachos para levantar la fruta. Se la pasa todo el día haciéndose mala sangre. Después agarra su camioneta Ford F100 modelo 1987 con un millón de kilómetros para viajar hasta el Mercado Central en Buenos Aires y seguir renegando por los dos mangos con cincuenta que le pagan por la fruta y volver con la plata en efectivo encima, con la 9 milímetros en la guantera, esperando que en cualquier momento lo asalten y lo bajen de un balazo por 500 pesos.

Todavía no pudo terminar su casa, el living está a medio hacer. Su esposa anda en un Falcon 1990, convertido a gas.

Me resulta honestamente incomprensible que una persona con dos millones de dólares de inversión no sea capaz de obtener una renta anual equivalente al 1%. Debería aprovechar ahora, antes de que explote todo, y liquidar sus activos. Cualquier colocación financiera pedorra le daría 4 o 5 por ciento anual.

Pero, como dice él, por lo menos no tiene deudas.

2 comments:

  1. Estas son las cosas que más duelen. Si estaría en un país como la gente, Arrostito estaría estudiando panfletos del Caribe para ver donde sale de vacaciones el mes que viene.

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  2. Mientras haya un pobre, está bien que este oligarca gane dos mangos. El resto es para redistribuir.

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