Un clásico.
Las Naciones Unidas suspende los envíos de alimentos y ayuda a Myanmar después de que el gobierno de ese país decidiera confiscarlos.
¿Qué se puede hacer en estos casos? Los que pagan las consecuencias de tanta locura son las víctimas. Discúlpenme, pero se merecen un cambio de régimen.
Mientras tanto, se siguen apilando los muertos. Las cifras oficiales hablan de 22 mil, pero los observadores internacionales creen que se podría tratar de hasta 100 mil víctimas fatales.
Qué horror, sinceramente.
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