Me imagino
la incredulidad de la progresía argenta.
Están auténticamente desconcertados.
Estas cosas no les pueden pasar a ellos. Son ellos los que organizan los cacerolazos. Son ellos los que cuentan con la superioridad moral, la patente de corso de la indignación permanente.
El sueño de la “patria progresista”.
Mierda!
ReplyDeleteNos descubrieron!