En estos días terminé de leer The Armchair Economist. Muy interesante aproximación al análisis económico de las cosas de todos los días.
En un capítulo sobre la importancia de comercio, el autor incluye una metáfora que me pareció muy interesante para ilustrar el caso argentino. Steven Landsburg, el autor, la aplica a la realidad de EEUU, yo la adapto a argentolandia.
Argentina tiene básicamente dos formas de producir automóviles. Los puede fabricar en una planta en la provincia de Buenos Aires o Córdoba o los puede cultivar en Santa Fe. Es decir, puede plantar soja, maíz o trigo, esperar que crezca, cosecharlo, meterlo en un barco y mandarlo a Corea o Brasil y esperar unos meses que esos mismos barcos vuelvan repletos de Hyundais o Kias.
Para el país no existe diferencia entre una tecnología o un proceso mágico para transformar soja en automóviles y mandarla a Brasil a cambio de esos mismos productos.
Un auto cultivado en un campo cerealero de Santa Fe no es menos argentino que uno fabricado por una planta de Ford en Buenos Aires o uno de la Renault en la Docta. La verdadera competencia de los autos fabricados en Buenos Aires o Córdoba no son los de Corea o Brasil sino los cultivados en Santa Fe. Toda política que tenga como objetivo favorecer a los fabricantes de Buenos Aires y Córdoba debe necesariamente perjudicar a los cultivadores de autos de Santa Fe.
¿Es más eficiente fabricarlos en Buenos Aires o Córdoba que plantarlos en Santa Fe? No lo sé. Que decida el mercado libre.
Y después dicen que al interior lo "destruyó" el cierre de los trenes de pasajeros.
ReplyDelete¿Por qué no le dejan la guita que produce?
Quizás finalmente veríamos el fin del monstruo del Gran Buenos Aires absorbiendo y absorbiendo gente y la migración por fin empezaría a ser al revés.
Pero es algo incomprensible al centralismo argentino.
OK but where's the dignity, old lady ?
ReplyDeleteLa metáfora de sembrar Toyotas la recuerdo también de otro libro, creo que Undercover Economist de Tim Harford. Posiblemente sea una cita de Landsburg.
Según Landsburg, la sacó de un libro de texto de David Friedman.
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