La Nación, en una de las editoriales de hoy, se horroriza por “el sesgo autoritario que sigue estando en la base del anacrónico pensamiento político” de Néstor Kirchner.
Ya lo dije varias veces. Yo siento como si, de alguna manera, hubiera llegado a la presidencia de la nación el petiso Alderete, el presidente del centro de estudiantes de filosofía y letras, el mismo que hacía 7 años que cursaba materias de segundo año e interrumpía las asambleas para exigir el “no pago de la deuda externa” y la creación de los “estados unidos socialistas de Sudamérica”.
Lamentablemente, el único motivo por el que el pensamiento político de un dirigente de cuarta categoría como Kirchner revierte de alguna trascendencia es por el hecho de que representa el pensamiento político de gran parte de la sociedad.
El domingo una persona me decía que no estaba en contra del gobierno porque el gobierno evita que seamos solamente agroexportadores.
ReplyDeleteA los argentinos no los sacás de la idea de que, si no protegés a la industria, vas a ser un país miserable con millones de desempleados y unos pocos ricos terratenientes dueños del país.
Esto lo cree prácticamente toda la gente, es algo semejante a las Falklands.
Todos se la pasan diciendo que Kirchner no es nada más que un populista. Por cierto lo es, pero hay ideas detrás de ese populismo. Ideas estúpidas y primitivas, pero ideas al fin.