Pero Julio Cobos, se la jugó. Hasta para el oficialismo alcanzó la dimensión de estadista. Claro que el gobierno lo ubica como un Martin Luther King, un John F. Kennedy o un Facundo Quiroga camino a Barranca Yaco.
Pero el mejor fue el senador santiagueño Rached, en los pasillos balbuceaba que su decisión estaba relacionada con evitar que el país se incendiara, pero en realidad tenía miedo que le quemaran la casa.
Jul 17, 2008
Volvió el Groncho. Su post es un deleite, como siempre.
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Ya fuimos golpistas, destituyentes, oligarcas, comandos civiles de la Libertadora, grupo de tareas de la dictadura, clase media ignorante, incendiarios de campos, jodones con la comida, avaros e idiotas útiles de los pooles de siembra. Ahora podemos tomar envión y tratar de convertir en ciudadanos a millones de tipos a los que lo único que les importa es saber
ReplyDeletecon qué gato viejo anda la Tota Santillán.
Que maestro, señor.
Sabía que iba a volver, esto era demasiado tentador.
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