Brillante Juan Carlos De Pablo, ¿por qué en el mismo país donde el servicio de transporte automotor interurbano es fantástico, el servicio de aeronavegación de cabotaje deja tanto que desear?
¿El secreto a voces? La desregulación:
¿Recuerda cómo se viajaba en ómnibus interurbanos hasta 1991? La desregulación generó y genera una contínua renovación de la flota, adecuación de los horarios, modificación de las frecuencias, etc. El boom del sector, que hizo que los empresarios dejaran de estar ocupados y se pusieran a trabajar, contó además con la eficaz “colaboración” del deterioro de los servicios ferroviario y aéreo, que desplazó una porción importante de la demanda.
Y por si esto fuera poco, en la prestación del servicio de ómnibus no tenemos “línea de bandera”. A nadie se le ocurre que nuestra soberanía está limitada porque viajamos en Flecha Bus, Tony Tur y Chevallier, y no en “Bondis argentinos” (espero que estas líneas no “inspiren” a algún funcionario). Afortunadamente para los pasajeros y los contribuyentes impositivos, el servicio es excelente porque ningún funcionario piensa que se trata de un sector estratégico.
Actalización:
Ya lo dijo el compañero Blogovido en su momento.
www.somosovejas.com.ar/paginas/ovoyentren.html
ReplyDeleteComo dijo Blogovido, la solución es poner a todos los aviones en fila y prenderles fuego. Es la única manera de garantizar que vamos a parar de romper las bolas con este tema de una vez por todas.
ReplyDeleteVíbora, el argumento principal para que exista Aerolíneas es el turismo regional, no pueden decir que los pobres viajan en avión porque eso sí que no se lo cree nadie.
ReplyDeleteSi una región, provincia o ciudad recibe turismo adicional porque le llegan vuelos, puede subsidiar parte de los pasajes, o parte del combustible, etc.
El problema es la empresa estatal, que siempre pierde plata, da malos servicios, y encima es monopólica, es el perro del hortelano, y nada más que por la banderita y por una banda de empleados avivados.