El Opinador Compulsivo

El tema del momento son las olimpiadas en China. No se habla de otra cosa, por lo menos en los noticieros en inglés.

Según los expertos y analistas, se trata de la gran consagración china, la coronación de un proceso de 30 años de modernización del país, una “superpotencia emergente", las olimpiadas más caras de la historia, las de mejor organización, no se les escapa un detalle, etc.

¿Por qué consistentemente se le da a estos eventos mayor trascendencia de la que realmente tienen? ¿Conocen algún caso en el que un país se haya consagrado a través de una olimpiada o mundial de fútbol?

Históricamente, este tipo de eventos fueron utilizados descaradamente con fines propagandísticos por toda clase de regimenes que sintieron la necesidad de legitimarse. La importancia que se le da es directamente proporcional a la necesidad de legitimación del país donde se lo organiza.

La provincia de Columbia Británica tiene serios problemas para lograr que la gente en el resto del país se acuerde de las olimpiadas de invierno 2010 en Vancouver. Las de verano en China constituyen una causa nacional.

Siempre es lo mismo. El espacio que ocupa en los medios alcanza su apogeo durante las semanas en las que se desarrolla y después desaparece por completo. En la gran mayoría de los casos, no se salvan ni los centenares de millones de dólares invertidos en infraestructura, que cae en el abandono casi inmediatamente después de la ceremonia de cierre.

¿Por qué va a ser distinto con China? ¿Realmente creemos que se trata de una “superpotencia emergente”? ¿O es la necesidad imperiosa de mucha gente por ver surgir alguien que le haga algo de sombra a EEUU?

Chicas, China no va a dejar de ser una dictadura abyecta con centenares de millones de pobres por haber organizado las olimpiadas más caras de la historia, por más que a los expertos internacionales se les caiga la baba por los ejércitos de millones de esclavos que se dedican a juntar la basura con escoba y palita.