En fin, todo tan trillado que ya no sorprende a nadie.
El estado argentino, en este caso ante la reencarnación kirchnerista, admite abiertamente que durante 5 años no fue capaz de ni siquiera controlar el funcionamiento de Aerolíneas Argentinas. Pero, dos párrafos más abajo, se atribuye la capacidad de administrar la empresa.
Todo este penoso episodio constituye una típica jugada populista. El beneficio político de la estatización lo obtiene el gobierno actual, dejándole un muerto monumental al próximo gobierno, que deberá pagar el costo político de la quiebra y muy probablemente el desguace definitivo de la empresa.
¿O realmente creemos que alguien va a aceptar otra vez hacerse cargo de la empresa?
¿En serio pensás que la van a desguasar alguna vez?
ReplyDeleteVa a seguir incluso cuando ya no existan más aviones, cuando se viaje en cohete va a quedar como LAFSA.